Si he de hablar de este libro llamado Patios, prefiero compartir el prólogo que escribí como «recibidor» de estas treinta y seis historias.
Si he de hablar de lo que pasó, diré que presentamos los Patios en nuestro querido The Patio, con una lectura de un fragmento de cada relato por parte de buena parte de sus autoras/es y pasó algo parecido a esto que resumí en instagram.
A los dos días, el eco de la cita llegó hasta el diario Menorca.
Y un par de semanas después, el jueves 16 de mayo, llevamos los Patios a la librería La Torre de Papel de Ciutadella. El lugar (hermoso) donde hace casi quince años empezaron estos talleres. Y fue todo bonito, queriendo mucho a las amigas y amigos que estaban esa tarde allí, de este curso y de otros anteriores, a otras que no pudieron venir pero querrían haber estado y a algunas que ya no están en este mundo pero que siguen acudiendo, de alguna forma, a cada encuentro. Fue también emocionante, porque esos días supimos que La Torre, que el año pasado cerró para volver a abrir, ahora cierra durante una temporada (para volver a abrir, seguro, un poco más adelante: ¡suerte, Cora! Y gracias por este tiempo de librera excepcional para la isla).
Si tuviera que decir una sola palabra, sería «gracias».
Gracias a todas las personas del público por las sonrisas, por la escucha cuando cada cual leía un pedacito de su cuento, por la alegría.
Gracias a Eva y Mirco por abrir la puerta de The Patio con tanto amor.
Gracias a Cora, de La Torre de Papel, por invitarnos a la casa madre, por su dulzura y su profesionalidad.
A Sam, por ocuparse una vez más de dar cuerpo a los relatos del taller en un libro.
A Samuel Carreras, que nos ha ayudado con la revisión de los relatos en catalán y también a Marta Sales, por lo mismo, para que estén estos textos que esta vez no son muchos pero ocupan su lugar amb les seves paraules, amb el seu ritme i amb la seva eséncia, la que no es pot traduir.
Y gracias a las y los 36 autoras y autores de esta antología por sumarse a esta autoedición que podemos hacer porque se autofinancia principalmente con los ejemplares que ellos adquieren para regalar y, además, con tanta alegría y tanta paciencia.
Así que gracias, millones de gracias a Lola, Marta, Mari Carmen, Sam, Eva, Oliva, Ivanka, Mela S., Anait, Tània, Berta, Joan, Mirco, José Luis, Conchi, Sonia Gafo, Queta, B., Eugenia, Gloria, Elena G., María M., Carme, Melo, Elena C., Mercè, Sonia P., Colau, Ros, Luis, Reme, Maria V., Mela, Jordi, Juanan y Carlos. ¡Os quiero!
Paul Auster, otro autor fallecido durante este curso, dijo (entre sus miles de páginas): “Escribir una comedia ayuda a poner las cosas en perspectiva. El mundo ha ido de tragedia en tragedia, de horror en horror, pero los seres humanos seguimos existiendo, enamorándonos y hallando alegría en la vida”.
Puedo decir también, y creo que lo puedo decir en nombre de esta tribu, que, en medio de las miserias de este mundo tan inhumano, hemos hallado, durante esos días de compartir textos y Patios, durante estos años, en las horas de clases, en nuestras pequeñas fiestas, valiosas dosis de esa alegría.
Ana
